Historia del mueble (3): Mueble gótico

Nos encontramos con un artesano más especializado que fabrica muebles con un sistema de bastidores (un cerco estructural soporta y transmite las cargas al suelo y una parte central o plafón decorada con todo tipo de detalles). La relación entre peso y secciones gana protagonismo, a lo que se une el mayor conocimiento de las distintas propiedades de la madera.

Durante el periodo gótico se recupera el gusto por la decoración del mobiliario (rosetones, guirnaldas…). Vuelve el gusto por los cofres, sellados y con cerraduras, y se difunde el uso del arcón, utilizado incluso como aparador para guardar alimentos, así como de sillas y escabeles, por lo general de tres patas. La talla ornamental, calada, como clara imitación de las vitrinas de las catedrales, aunque evidentemente no todo el mobiliario está tan trabajado como el que se destinaba a los edificios religiosos.

En Francia, este estilo comenzó conociéndose como ojival, en clara alusión al arco ojival, aunque finalmente adoptó la denominación de gótico, nombre que le dieron los artistas italianos.

Al hablar de estilo gótico se pueden diferenciar tres etapas:

• Gótico de transición: Perviven elementos románicos.
• Gótico central: gótico por excelencia. Arcos y tallas alcanzan su plenitud.
• Gótico decadente: A finales del siglo XV se transforma en un estilo recargado de ornamentación.

El estilo gótico se caracteriza por:

• El arco ojival: el elemento más representativo de este estilo, tanto en la arquitectura como en el mobiliario. “El centro del compás se desplaza por su base y en un vértice se encuentran dos trazos de igual diámetro”.
• Los motivos vegetales: Flores, hojas de cardo, flor de lis…
• Laboriosa ejecución.
• El volumen: con adornos en las alturas de los muebles y tallas caladas.
• Los paños plegados o pergaminos: la talla más representativa del gótico.

La madera que se utiliza dependerá de la zona. Así, en Alemania trabajarán con maderas como el abeto, alerce y pino, o con la encina en la zona norte; en Inglaterra, con el roble y el abeto; en España, con el nogal y el pino; y en Italia, con el alcornoque. 

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