El carro de madera
El carro tradicional que ha circulado muchos años por los caminos de nuestra zona era un carruaje de dos ruedas, con lanza o varas para
enganchar el tiro, y cuyo armazón consta de un bastidor con listones o cuerdas para
sostener la carga, y varales o tablas en los costados, y a veces en los
frentes. Las condiciones geográficas y agrícolas de cada zona determinarían las
características y variantes en su construcción. El carro ha formado parte de
las estampas de nuestros caminos desde hace generaciones, una relación que se
refleja que se refleja incluso en el refranero popular. Tirar del carro, pasar
carros y carretas o poner el carro delante de las mulas son parte de las
enseñanzas que encierran las expresiones de la tradición popular.
"Al maestro le regalaba la alcaldía, llegando el mes de agosto, un carro de paja para la lumbre del invierno. Para poco tenía don Lorenzo, el maestro, con aquel carro; de ahí que algunos amos, conociendo sus escaseces y aprietos, y por aquello de tener a sus hijos abrevando en el silabario con el enseñante, le mandaron otra mulada. Allí, en las traseras de la escuela, arrimada a la pared, acomodaban la paja del carro los mandados. Luego el ganapán, con el pajabieldo, iba empujando la paja hacia los altos del bocarón. El bocarón quedaba, desde el suelo, a la altura, no más, de tres metros. Era como una ventana con su puertecilla de madera. Esta se abría al pajar directamente, cerca de las cuadras". (Aperos de madera, J. González
El Gallinero: Historias de aperos de madera
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