Historia del Mueble (6): Del Barroco al Rococó
Con el Barroco surge el placer por la decoración de la
casa. Por su parte, con el paso del Barroco al Rococó
desaparecen las camas de recepción y aumenta el número de las antecámaras. Las
habitaciones se hacen más pequeñas y se difunde el uso de cortinas y alfombras.
Los cuartos de baño adquieren mayor importancia y se multiplican las pequeñas
estancias, como los guardarropas.
El estilo Barroco en Francia coincide con el carácter
grandioso del rey Luis XV; en Inglaterra, con los Estuardos y el estilo William
and Mary; en Alemania, con una clara influencia italiana en el mobiliario.
Barroco. Siglo XVII
y principios del XVIII
El Barroco se difunde principalmente por Italia
(Nápoles, Turín y Venecia) y, posteriormente, por Europa.El mueble barroco nace como objeto excepcional, más
como una obra de escultura que de ebanistería. Además, durante el siglo XVII se
asiste a un notable incremento de los muebles pequeños, mesas, veladores, si
bien no fueron tan numerosos como llegarían a serlo en el siglo XVIII. En esta
época también adquieren gran importancia los herrajes, como los denominados
bocallaves, en forma de rocalla; o los tiradores, elemento que ha llegado a
nuestros días.
Entre los muebles de lujo del Barroco destacan
principalmente las grandes mesas, las consolas, los sillones y las sillas;
mobiliario caracterizado por las líneas curvas y quebradas, por el color, por
los dorados y la talla, con motivos decorativos que van desde las formas
vegetales, los angelitos y seres fantásticos, hasta composiciones de naturaleza
muerte (frutas y objetos) o representaciones humanas. “El mueble se convierte en una pieza en movimiento en la que
difícilmente se puede observar donde están las uniones de las piezas que la
forman”.
En el siglo XVIII surgirán nuevos modelos de
mobiliario, como la cómoda, el diván, pero el mejor exponente de la decoración
barroca surgirá en los amplios y tallados marcos de los espejos. Durante el
siglo XVIII el principal de producción estará en Venecia.
El cabinet,
una de las piezas estrella de este estilo, nació a principios del siglo XVII y
se destinará principalmente para guardar objetos preciosos o pequeñas
colecciones de arte. Está formado por un bargueño cerrado por dos portezuelas y
sustentado por parejas de patas unidas en su parte inferior por travesaños y
apoyadas sobre pies en forma de esfera partida. Decorado con motivos
ornamentales.
El armario era tan típico del siglo XVII como los
aparadores tallados lo fueron del siglo anterior. Su expansión se debió en
parte al ansia de coleccionismo que dominó Europa durante aquella época (los
hombres, monedas y medallas; las mujeres, porcelana).
Otra innovación del siglo XVII fue el espejo de
grandes dimensiones, acompañado a menudo de una consola con tablero de mármol.
Su posesión era una muestra de prestigio.
Por su parte, la consola, uno de los muebles más
singulares del Barroco, nació como mesa de pared en comedores o vestíbulos, por
lo que sólo se trabajaba en tres de sus lados. Tendrá un notable desarrollo
durante el siglo XVIII. De patas curvas, talladas, al igual que la franja que
sustentaba un tablero de mármol.
Luis XIV (El Rey Sol). Segunda
mitad del siglo XVII y principios del XVIII
Luis XIV (1635-1715). Hijo de Luis XIII y de la
infanta española Ana de Austria.
Mezcla del Renacimiento italiano (estructuras macizas
y escuadradas de la parte superior del mueble) y del Barroco (bases totalmente
esculpidas). Durante esta etapa se imponen los muebles dorados o plateados y se
recurre a elementos típicos de la arquitectura (pilares, balaustradas,
medallones…) para dotar al mueble de un aspecto grandioso y severo.
La decoración gana en importancia, entre otras con la
utilización de la técnica de la marquetería. Composiciones policromas para las
que se utilizan maderas como el boj, peral, nogal y acebo, e incluso otros
materiales como nácar, marfil y plata.
El estilo Luis XIV se desarrolla de la mano del
ebanista, pintor, decorador y broncista André-Charles Boulle (1642-1732),
director de los talleres del Louvre que recibirá además el encargado de decorar
el palacio de Versalles. Maestro de la marquetería, empleando maderas exóticas,
metales y otros materiales como conchas de tortuga y astas. Era además un hábil
constructor y decorador de armarios de dos puertas, con taracea y apliques de
bronce dorados y con las bisagras enmascaradas con fajas horizontales.
Boulle también diseñó un tipo de asiento que consistía
en una pata denominada combada o cabriolé, con refuerzos en la zona que recibe
la carga.
Habitación Luis XIV |
La cama es otro de los muebles que acapara la atención
de los ebanistas de la época, destacando la estructura de sus elementos
decorativos. Un nuevo modelo de cama en el que el baldaquino ya no se sustenta
sobre columnas, sino que se fija al techo y se decora en sus cuatro esquinas.
Además, a partir del año 1660 se incorpora la cama de reposo, ideada para que
las mujeres recibieran a las visitas recostadas. Cama larga y estrecha, de
madera esculpida, dorada o lacada y con patas de león.
Los sillones evolucionan, porque en esta época la comodidad se torna imprescindible. Se agranda la base, se inclina el respaldo y las patas van unidas con travesaños en forma de X o H. Entre los muebles que llegan de Francia, la recién creada bergère, una butaca con orejas y tapizado de lujo; el canapé, varias butacas adosadas; y el sofá, de una sola pieza. Todos los asientos se tapizan, porque durante el Barroco el tapicero es un nuevo especialista que tiene el encargo de conseguir que los muebles sean confortables. Por su parte, los muebles de complemento van ganando espacio, como relojes de pie, candelabros…
Los sillones evolucionan, porque en esta época la comodidad se torna imprescindible. Se agranda la base, se inclina el respaldo y las patas van unidas con travesaños en forma de X o H. Entre los muebles que llegan de Francia, la recién creada bergère, una butaca con orejas y tapizado de lujo; el canapé, varias butacas adosadas; y el sofá, de una sola pieza. Todos los asientos se tapizan, porque durante el Barroco el tapicero es un nuevo especialista que tiene el encargo de conseguir que los muebles sean confortables. Por su parte, los muebles de complemento van ganando espacio, como relojes de pie, candelabros…
Rococó. Principios
del siglo XVIII hasta 1770
El estilo Luis XV (1735-1770), también conocido como Rocaille o Rococó, busca una mayor
gracia en las formas, las líneas curvas, como por ejemplo las cómodas panzudas
que tienen la máxima curva posible. Se abusa de los apliques de bronce y la
talla puede llegar a recubrir una gran parte del mueble o, como en los
sillones, aparecer en determinadas zonas del respaldo y en la moldura. Los motivos
más usados son los vegetales (frutas y flores), pero también los instrumentos
musicales y los motivos amorosos. Durante esta época reciben el nombre de
rocalla unos detalles asimétricos que aparecen en diversos lugares, como
bocallaves para cerraduras, remates en la parte superior de los muebles o
debajo de consolas doradas. Las maderas pueden ser barnizadas, con cera, pintadas,
y no faltan los elementos dorados o plateados y los refinados motivos de
marquetería.
Durante esta época alcanza una notable difusión el
mueble lacado, con inspiración del mundo oriental.
La época de Luis XV coincide con la búsqueda del
confort y el descubrimiento de la vida privada, lo que da lugar a nuevas
exigencias y nuevos espacios, como el cabinet, para colocar colecciones; el
salón de música, la biblioteca… De las ebanisterías saldrán nuevos modelos.
Así, por ejemplo, se multiplican los tipos de mesas: el escritorio o bureau, uno de los más trabajados y más
importantes dentro de los muebles de despacho; el secrétaire; o los pequeños muebles femeninos, como el bouheur du jour, una escribanía
para mujeres formada por postigos y gavetas, utilizada a menudo como un lugar
donde guardar la correspondencia secreta. También se demandan las mesas
especializadas, de juego (con tablero giratorio), de trabajo (de costura y
bordado), entre otras.
Durante esta etapa, las mujeres aportan un toque
femenino al mobiliario, aunando comodidad e intimidad (Madame Pompadour y
Madame Du Barry).
Italia, por su parte, en el siglo XVIII, sigue la
influencia de la Francia de Luis XV. El estilo Rococó, también llamado en
Italia Barocchetto, tendrá su máximo exponente en el Véneto, destacando en la
producción de sillas, sillones, cómodas, camas y el llamado trumeaux, el único mueble de notables dimensiones
del Rococó. Formado por un cuerpo inferior de cajones, coronado por un
escritorio abatible y unas puertas con espejos remetidos. De patas cortas, la
parte superior y la moldura aparecen ricamente decoradas.
El arte de la talla vivió un momento de esplendor
durante el Rococó. Los muebles formaban parte de la decoración, “por lo que el motivo tallado en el respaldo
de una silla, se repetía en el entrepaño de la pared a la que estaba adosada”.
Los tallistas del siglo XVII fueron capaces de trabajar muchas más clases de
madera que sus predecesores. Con la fabricación de muebles en serie, la talla
perdió protagonismo.
Por su parte, en Inglaterra, lo más destacado de esta
época será el denominado estilo Chippendale, nombre del artista que trabajó
para la burguesía y escribió el libro ‘Guía
de los caballeros y ebanistas’, que durante mucho tiempo sirvió de catálogo
a los ebanistas. Lo más característico de este estilo, que entiende la
habitación como un concepto global, son las paredes revestidas de madera,
artesonados en el techo, uso de la caoba y muebles tratados en madera maciza,
en detrimento de los chapados.
Historia del Mueble
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