Oficios, artesanía y un mercado franco del siglo XV
"Enrique IV os saluda pueblo de Ledesma y, en presencia de su reina, Juana de Portugal, y la infanta Juana de Castilla, tengo a bien anunciaros la concesión y privilegio del Mercado Franco, y que sea respetado y protegido el paso de mercaderes".
Fotos: Tope y Cuña. Ledesma, mayo 2012 |
Estamos 1465, un viaje en el tiempo que recrea una parte de la historia de Ledesma y un mercado que, con La Fortaleza como cobijo, recorrió Enrique IV en su visita a la villa acompañado de la comitiva real de la que formaba parte Beltrán de la Cueva, conde de Ledesma, parando en su taberna, en la banca o cambista, en sus queserías, en la herrería y alabando las rosquillas que "gozan de fama en nuestro reino". Despertó curiosidad antes de abrir sus puertas y no defraudó en la primera puesta en escena de la recreación de la concesión del privilegio de Mercado Franco, a la que acompañó, y ubicado en los jardines de La Fortaleza, el actual mercado de productos de agroalimentación y artesanía, donde se aúnan oficio, calidad y sabores. Productos de la tierra como queso, embutidos, miel, dulces, rosquillas de Ledesma, obleas, vinos y licores. Oficios que las manos convierten en piezas de vidrio, madera, cuero o barro, entre otros.
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