Descubre los PLUMIERES de MADERA más originales

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Enfermedades en el bosque (1)


Los defectos que veremos a continuación no responden al concepto de defecto desde el punto de vista fisiológico, ya que se trata de particularidades de la propia estructura del árbol. El concepto de defecto viene dado desde el punto de vista del usuario de la madera, pues pueden crear problemas cuando trabajemos con ella.

1. Defectos anatómicos del árbol. Nudos
Son intersecciones de ramas en el fuste, ocasionando un grano irregular y disminuyendo la resistencia de la madera y, por tanto, dificultando notablemente el trabajo. Los nudos ocasionarán dificultades cuando son atravesados por un corte, por la diferencia de resistencia, y su cepillado se dificulta por la distinta disposición de la fibra. Su principal inconveniente reside en la tendencia de los maderos con nudos a resultar deformados, como consecuencia de la irregular repartición de la humedad dentro del tronco.


En la formación de los nudos hay distinta disposición entre las maderas frondosas y las coníferas. En las primeras, los nudos forman una línea quebrada; por el contrario, en las maderas coníferas los nudos siguen una línea horizontal.

Estas maderas pueden ser usadas con fines decorativos en paneles donde la resistencia no es un factor a tener en cuenta. La madera que está desprovista de nudos en menor medida puede ser usada para carpintería en madera blanda.

Los nudos de madera de sierra se clasifican:

Por su estado o condición:
  • Nudo sano: A veces, los nudos no se manifiestan en el exterior del árbol. Tienen su origen en pequeñas ramas que se secaron o se cortaron cubriéndose posteriormente con tejidos nuevos. Restan resistencia a la madera. En este tipo de nudos los tejidos de la rama y el fuste se encuentran unidos trabajando de forma conjunta ante esfuerzos que puedan surgir. Su principal característica es su adherencia a la madera que les rodea.
  • Nudos negros: Serían aquellos formados por tejidos muertos, son de gran dureza y no están unidos en su totalidad a la madera que les circunda. Tienen su origen en una rama que, en el momento de la corta, o ha desaparecido o se encuentra muerta de forma natural.  Una vez muerta la rama, el viento o la nieve producirán la rotura de la rama, sobre todo a la altura de la base. Cabe destacar también que estos nudos se forman por la poda de las ramas importantes.
  • Nudo saltadizo: Se produce cuando la rama se rompe, no por su base, dejando un muñón; también se produciría cuando la rama permanece muerta durante un largo período de tiempo. En los dos casos, el árbol sigue creciendo en espesor, englobando poco a poco al muñón de la rama, o a la propia rama pero sin que exista adherencia entre ambos.
  • Nudo podrido: El origen de este nudo está en una rama, en plena actividad fisiológica, que se rompe bien de forma accidental o por una poda. La herida producida queda expuesta a la deposición de esporas, que encuentran un medio idóneo para su desarrollo dada la falta de lignificación de la rama.


Por la forma
Los nudos aparecen en el exterior del fuste con formas más o menos circulares, pero realmente tienen forma cónica, con origen en el eje del árbol y con dirección esencialmente radial, aunque suelen formar un cierto grado con respecto a la horizontal, mayor cuánto más recta sea la rama, lo que sucede en la proximidad del eje del fuste.Esta conicidad de la forma de los nudos es la responsable de que en la elaboración de la madera por la industria del aserrado y de la chapa a la plana, puedan aparecer piezas con nudos en forma circular, o piezas con nudos en espiga. 

La madera trenzada se da cuando hay muchos nudos contiguos. Ejemplos, chopo o aliso.

Por su tamaño
El tamaño de la rama es un factor genético de cada especie de árbol, pero también dependerá de otros factores como la luminosidad que recibe la rama. Las zonas cercanas a la base de los fustes tienen ramas más delgadas que la zona cercana a la copa de los árboles porque éstas reciben más luz que las primeras. En árboles en espesura, las ramas más bajas quedarán rápidamente sin acceso a una gran luminosidad, por lo que su crecimiento se ralentiza hasta que se produce la muerte de la rama. En estos casos, las ramas alcanzan menores grosores que si el árbol vive aislado, sin competencia lateral.

Se consideran nudos muy pequeños los que son menores de 20 mm; nudo pequeño el que mide entre 20 y 40 mm; el nudo mediano tendrá entre 40 y 60 mm; el nudo grande entre 60 y 70 mm, y los nudos muy grandes son los superiores a los 70 mm.

Por su posición en la madera
En frontales, laterales, de canto y pasantes.

Por su posición recíproca en una cara de la madera
Sueltos, en grupo y dobles. Los nudos en grupo dificultan en gran medida el pintado de la madera, pero son maderas  apreciadas por su valor decorativo.

Los nudos presentan inconvenientes de orden físico: menor resistencia en las secciones donde aparecen nudos y que pueden ser causa de deformaciones en las piezas, al tiempo que dificultan el trabajo con la madera por cuanto, en las operaciones de corte, la disposición de las fibras en la madera pasa de ser en el sentido del eje de árbol, en el caso del fuste, a perpendicular al eje del árbol en la rama. Mayor dureza significará pérdida de productividad, mayor desgaste de la herramienta (mayor número de afilados), peor calidad de elaboración, pues muchos cortes suponen desgarro de fibras. En operaciones de lijado, el nudo es más resistente a la abrasión y al desgaste que el resto de la madera; después del lijado se manifestarán unas protuberancias que mermarán la calidad del acabado.

2. La médula
La médula no es un defecto, sino que es un elemento anatómico del árbol. La consideración de defecto le viene dada porque está constituida por células de parénquima, que es totalmente diferente a la madera, presentando unas características de blancura, escasa resistencia y color, que hace que las piezas que la tengan pierdan valor.

El tamaño de la médula oscila entre 1 y 2 mm, con sección en forma circular, poligonal o estrellada. Algunas especies como la balsa tienen médulas mayores. Por el contrario, otras especies no tienen médula apreciable a simple vista, como los alerces y enebros.

3. Madera juvenil
Los primeros anillos que forma el árbol están constituidos por madera que, aunque no difiera en el aspecto con el resto, tiene comportamientos físicos y mecánicos diferentes de la madera formada. Esta madera juvenil es más ligera, con fibras más cortas, paredes celulares más delgadas, menor contenido en celulosa y mayor desviación de la fibra.
El número de anillos que forma la madera juvenil varía entre los 5 a 20 primeros, oscilando el número en función de la especie de que se trate (5 a 6 pinus radiata, 20 pinus ponderosa). Es decir, la madera juvenil dependerá de la genética de cada especie. Si relacionamos el nacimiento de la madera juvenil con la actividad de las ramas, el número de anillos dependerá de las características de la masa y de las labores selvícolas que se realicen; cuanto antes se poden las ramas del árbol, antes se empezará a formar la madera madura.

La diferencia entre madera juvenil y madera madura es muy variable según especies. En las especies frondosas, la diferencia entre los dos tipos de madera no se toma en cuenta (excepto en el eucalipto), por el contrario, en las especies coníferas la diferencia es notable. La madera juvenil tiene menor resistencia, posee un carácter más nervioso, sobre todo en sentido axial, que lleva a un porcentaje de piezas curvadas de canto y de testa.

4. Madera de corazón
En un gran número de especies, la madera formada en años pasados sufre un fenómeno denominado lignificación o duraminización, con el principal efecto de cambio del color hacia tonos más oscuros. Otros efectos que podemos destacar serían la pérdida en el contenido de la humedad, la merma de sus cualidades de permeabilidad y el incremento en el contenido de ligninas, grasas, ceras, taninos y otras sustancias.

La lignificación es consecuencia directa del envejecimiento del árbol. El proceso varía según las especies. En el eucalipto se inicia a los 5 años; en los pinos, entre los 14 y los 20 años; en el haya, a los 80 años. El principal efecto es su aumento de durabilidad por su mayor resistencia a agentes xilófagos.

La madera de corazón no suele ser un defecto que deprecie la madera, excepto en los casos en que la blancura de la madera sea un factor apreciable en la industria o donde se apliquen procesos en los que la permeabilidad sea fundamental. 

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